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hastalasnarices

San Valentín

Lunes: San Valentín me asista. Aunque me parece que me va a mandar a hacer puñetas, como todos los años. Suena el despertador y le mando al puto carajo, como siempre ¿Será cabrón el maldito despertador? En fin, el día se presentaba muy complicado como todos los lunes, ya que me tocaba ir de ventanillas a depositar papelotes por doquier. La fotocopiadora no funciona: genial, bien empezamos. Lo malo es que cuando vas a preguntar por lo tuyo a los Juzgados, debí escoger mal día. No había ni dios. Parece que a todo el mundo de ha dado un repentino ataque de amor fraternal. Todo el mundo en un alarde de cursilería iba con corbata roja y mis compañeras de profesión ibas todas de traje o vestido rojo, como si quisieran tentar al día un capotazo al mal de amores. Ni la toga podía disimular tal noñería.

En resumidas cuentas, después de arruinar más mis pobres zapados y agravar más mis doloridos pies, me fui de los Juzgados con las manos vacías. Y lo peor no es eso, es que por la tarde el teléfono no para de arder de gente preguntado por lo suyo. Y claro, otra vez tendré que volverles a decir la misma retahíla: “mire usted, no tengo nada de lo suyo porque nada han notificado”. Y es que ciertos días como este, en donde todos solo piensan en agasajar a la pareja de turno, o declarar el amor que se siente por alguna persona, no es mas que una cursilería convencionalista y mercantilista para mejor gloria del Corte Inglés, pues San Valentín puede ser cualquier día del año y, si se tiene pareja (no es mi caso) todos los días deben de ser San Valentín si una ama o quiere a su pareja. Lo demás es perder el tiempo, mi dinero y mi paciencia, agravando más mi estrés cotidiano, porque después de recorrer todo Madrid de punta a punta, y llegar a mi despacho casi a la hora de comer, con los juanetes doloridos de tanto caminar, descubrí que hoy, era mal día para decir que la Justicia y sus Juzgados funcionaran como Dios manda. Manda Huevos. Si se piensa que con mucho amor se arreglan las cosas, vamos listos.

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